10.2.12

París, cortesanas y gárgolas.

Los inicios de Ginnebra.

(París, la ciudad de los enamorados. París y su catedral más conocida, Nôtre-Dame. París y palomas. París y el amanecer.)
Ginnebra se encuentra sentada delante de la catedral francesa, contando el dinero que el abuelito le ha dado hace tan sólo media hora.
- Y seis mil euros.
Sonríe y guarda el dinero en su bolso. Enciende un cigarro y disfruta su mortal sabor.
- ¿Ginnebra?
Esa voz... "No, no, no... ¡No puede ser!"
- ¿Diègue?
Muestra una sonrisa adorable.
- Disculpe, ¿Ginnebra?
Tira el cigarro.
- Me ha encantado verte, Diègue, pero tengo que irme.
Su próximo cliente la espera.
- ¿Seis mil?- asiente.
- ¡Llámame!
Ginnebra mira a una de las gárgolas de Nôtre-Dame, y le recuerda a su cliente, Jean-Paul.
Una nueva lancha espera en las orillas del Sena; Diègue contempla la escena, sospechando de una nueva cortesana en la alta sociedad francesa.
(Aparecen olas en las aguas del río, y minutos más tarde los gemidos de placer de la gárgola y las lágrimas de la dama).